Por muchas razones, elegir estos
colores tiene beneficios en lo que respecta a decoración en cualquier espacio.
Comencemos por lo que nos transmite cada uno de ellos. El blanco, nos regala
amplitud del espacio, es versátil, refrescante y relajado. En el caso del color
negro, nos aporta elegancia, poder. La clave para utilizarlos sin temor en los
espacios está en el equilibrio de ambos.
Esta tendencia brinda a los
ambientes un aire de elegancia, además si buscas algo que te transmita
vanguardismo, esta monocromía nunca pasa de moda, siempre y cuando sea bien
utilizada. Siempre es importante adaptarlo a nuestros gustos y considerar las
actividades que realizamos en este espacio para jugar con la ubicación del
color, la iluminación y los accesorios.
Es importante tomar en cuenta que si el espacio
de la habitación es muy pequeño, el color negro no debe predominar. En este
caso puedes utilizarlo en los accesorios de tamaños pequeños como floreros,
cuadros, cojines, alfombras y portarretratos. Sería preferible pintar todas las
paredes blancas y usar el color negro en detalles en madera como armarios,
muebles empotrados y puertas. El uso de espejos te ayuda a dar una sensación de
amplitud.
Otro gran detalle es el uso de estampados tipo
“animal print” (cebra), flores monocromáticas, o texturas como las pieles, que
añaden un poco de suavidad al ambiente. Coloca también muebles básicos y de
líneas rectas, así como lámparas minimalistas.
Cuando tienes un espacio más
grande, puedes optar por el uso de unas paredes blancas y otras negras,
agregando detalles como plantillas para crear estampados o hasta fotografías en
blanco y negro.
Si del todo te encanta tener al
menos un detalle colorido, en esta tendencia también se vale añadir accesorios
brillantes, dorados o plateados, así como también tonos sólidos como
el mostaza, el naranja, el violeta y el rojo en detalles en la pared o
accesorios.
Fuente: Color Fans, Discovery Mujer